jueves, 13 de diciembre de 2012

Terremoto en Valdivia

Mientras Chile organizaba la ayuda a los habitantes de Concepción y las ciudades cercanas, una tragedia aún peor estaba por ocurrir. A las 15:11 del día domingo 22 de mayo de 1960 comienza a producirse una ruptura tectónica de proporciones nunca antes vista en la historia de la humanidad, el epicentro de este gran sismo comienza en la zona cercana a Temuco, y poco a poco la ruptura comienza a expandirse hacia el sur, en una sucesión de rupturas epicentrales a toda la costa del sur de Chile. El masivo movimiento telúrico rompe toda la zona de subducción entre la Península de Arauco (Región del Bio Bio) y la Península de Taitao (Región de Aysén). Finalmente, el sismo alcanza los 9,5 Mw y tuvo una duración de aproximadamente 10 minutos, debido principalmente a la gran extensión del sismo, casi 1000 km de extensión norte-sur. Estudios posteriores afirmaron que dicho movimiento en realidad fue una sucesión de más de 37 terremotos cuyos epicentros se extendieron por más de 1350 km. El cataclismo devastó todo el territorio chileno entre Talca y chiloe   es decir, más de 400 000 km².
La zona más afectada fue Valdivia y sus alrededores. En dicha ciudad, el terremoto alcanzó una intensidad de entre XI y XII grados en la escala de Mercalli. Gran parte de las construcciones de la ciudad se derrumbaron inmediatamente, mientras el río Calle-Calle  se desbordaba e inundaba las calles del centro de la ciudad.
El Tsunami generado por esa enorme ruptura fue devastador, afectando a la costa Chilena entre Concepción y Chiloé. En el puerto de Corral , cercano a Valdivia, el nivel del mar había subido cerca de 4 m antes de comenzar a retraerse rápidamente cerca de las 16:10, arrastrando a los barcos ubicados en la bahía —principalmente los navíos Santiago, San Carlos y Canelos—. A las 16:20, una ola de 8 m de altura azotó la costa entre Concepción y Chiloé a más de 150 km/h. Cientos de personas fallecieron al ser atrapados por el maremoto  que destruyó pueblos en su totalidad. Diez minutos después, el mar volvió a retroceder, arrastrando las ruinas de los pueblos costeros para impactar nuevamente con una ola superior a los 10 m de altura. Los navíos fueron completamente destruidos, salvo el Canelos, que quedó encallado luego de ser arrastrado por más de 1,5 km.
La onda expansiva comenzó posteriormente a recorrer el oceano Pacifico . Casi quince horas tras el evento en Valdivia, un maremoto de 10 m de altura azotó la isla de Hilo, en el archipielago, a más de 10 000 km de distancia del epicentro, provocando la muerte de 61 personas. Similares eventos se registraron en Japon, las Filipinas, Rapa Nui, la zona oeste de Estados Unidos, Nueva Zelanda, Samoa y las islas Marquesas.

Efectos

Gran parte del sur de Chile se vio destruido por el terremoto; el periódico La Cruz del Sur informaba el 28 de mayo de 1960 la existencia preliminar de 962 muertos, 1410 desaparecidos y 160 heridos de diversa consideración.
Chillán, la ciudad más austral que mantenía contacto con Santiago tras el terremoto, tuvo un 20% de sus edificios dañados gravemente. Talcahuano quedó con el 65% de sus viviendas destruidas y un 20% de las que se mantenían estaban inhabitables, mientras la vecina ciudad de Concepción contaba con más de 125 muertos y 2000 hogares arrasados. El puente sobre el río Biobío se derrumbó en tres secciones, mientras la usina de huachipato estuvo a punto de quedar inutilizable, después de que la mezcla de hierro comenzara a enfriarse tras el corte de la energía eléctrica. El agua inundó las minas subterráneas de carbón de la península de Auraco. Los Ángeles fue destruida en un 60% y Angolen alrededor de un 82%, quedando 6000 personas en dicha ciudad sin hogar. El Villarrica se desbordó, mientras un alud de tierra sepultó a los 300 habitantes de la comunidad mapuche de Peihueco.
Valdivia y sus alrededores fueron las zonas más afectadas con el desastre natural de 1960. El 40% de los hogares fueron destruidos por el movimiento telúrico, dejando a más de 20 000 personas damnificadas. El río Calle-calle se desbordó, inundando gran parte del centro de la ciudad, lo que obligó a la evacuación de los barrios de Collico, Las Ánimas e Isla Teja. Los principales edificios, como el del Cuerpo de bomberos y el hospital, quedaron inutilizables. El cercano puerto de Corral sufrió el azote del maremoto que arrastró a gran parte de su población, dejando centenares de muertos y desaparecidos. La bahía en que desemboca el río Valdivia recibió a diversos barcos arrastrados por las olas: el Carlos Haverbeck y Canelos, los vapores Prat y Santiago, los remolcadores Pacífico y Chanchorro y el buque de dragado Covadonga, muchos de los cuales se hundieron principalmente. El Canelos varó en un sector del río Valdivia, mientras que el Santiago recaló en las cercanías de Niebla y la Covadonga, sobre una escuela en las cercanías del río Cutipai.
Al igual que en Corral, en toda la costa el maremoto provocó más daños que el terremoto mismo. En la zona de Cautín, los pueblos de Toltén —el cual fue trasladado a un nuevo emplazamiento—, Puerto Saavedra y Queule fueron prácticamente borrados del mapa terrestre. Mientras en Puerto Saavedra, su población de 2500 habitantes alcanzó a huir a tierras altas antes de presenciar como las olas arrastraban las casas mar adentro —a excepción de una—, lo mismo ocurrió con los otros dos pueblos que fueron completamente asolados. Situaciones semejantes ocurrieron en poblados de la costa de Valdivia (como Los Morros, San Carlos, Amargos, Camino Amargos, Corral Bajo, La Aguada, San Juan, Ensenada).
Puerto Monttsufrió la destrucción del 80% de sus construcciones, tanto por el terremoto como por el maremoto y los posteriores incendios, desapareciendo el mercado de Angelmón, entre otras localidades. En Chiloé, gran parte de los pueblos costeros también sufrieron el embate de las aguas, con cifras aproximadas de 800 muertos, destruyéndose además la mayor parte de los palafitos en lugares como chonchi; los pequeños poblados de la costa occidental quedaron aislados y Rahue fue completamente arrasado.

Los volcanes acabaron con los dinosaurios

En 1980 un grupo de investigadores liderados por el físico Luis Álvarez (Premio Nobel) y su hijo Walter  descubrieron, en las muestras tomadas por todo el mundo de las capas intermedias entre los períodos cretáceo y terciario de hace 65 millones de años, una concentración de iridio cientos de veces más alta que lo normal. El final del cretáceo coincide con la extinción de los dinosaurios. Plantearon así la llamada "Hipótesis Alvarez", conforme la cual la extinción de los dinosaurios y de muchas otras formas de vida habría sido causada por el impacto de un gran meteorito contra la superficie de la Tierra hace 65 millones de años.
El meteorito que creó el cráter Chicxulub, situado en la península del Yucatán(México), tenía de 10 a 15 kilómetros de diámetro, o sea el tamaño aproximado de la isla de Manhattan. Cayó a la tierra a una velocidad mayor que la de una bala, abriendo una vasta caverna de 40 kilómetros de profundidad y de 100 kilómetros de diámetro. Este cráter colapsó rápidamente bajo la fuerza de gravedad, dejando un agujero de 180 kilómetros de diámetro y de solamente 2 kilómetros de profundidad. La energía liberada por este impacto fue igual a la de 100 millones de megatoneladas de TNT. En comparación, la erupción del Monte Santa Helena en 1980 liberó una energía equivalente a apenas 10 megatoneladas de TNT (10 megatones). La bomba atómica que explotó sobre Hiroshima liberó una energía equivalente a unas 10 kilotoneladas de TNT (o sea 0,01 megatones). El impacto provocó colosales maremotos e intensos terremotos mucho más allá de la zona cero y causó un levantamiento de polvo y hollín que cubrió la atmósfera durante años, tiempo suficiente para ahogar la fotosíntesis de las plantas y masacrar al 80 % de todas las especies vivientes de la Tierra, incluyendo los dinosaurios. Esta se considera, por ahora, la teoría dominante.
Según Gerta, no pudieron escapar del enorme vulcanismo de Deccan

La paleontóloga Gerta Keller de la Universidad de Princeton afirma que en realidad el meteorito responsable del cráter Chicxulub impactó 300.000 años antes de producirse la gran extinción. “El impacto de Chicxulub no pudo haber causado la extinción masiva”, aseguró Keller “porque precede a la extinción masiva y, aparentemente, no causó ninguna extinción”. Los sedimentos marinos perforados en el propio cráter de Chicxulub, así como los de una zona de Texas a lo largo del río Brazos, y luego los de afloramientos en el noreste de México, indican que Chicxulub impactó con La Tierra 300 000 años antes de la extinción masiva. "Pequeños microfósiles de animales marinos permanecieron virtualmente intactos", dijo Keller. “En todas esas localidades podemos analizar los microfósiles marinos en los sedimentos justo por encima y por debajo de la capa que señala el impacto de Chicxulub y no se pueden apreciar efectos bióticos destacables”, comentó Keller. “No podemos atribuir ninguna extinción concreta a este impacto”. Anteriormente nadie había publicado esta historia crítica de la supervivencia.

Descartado el meteorito, la paleontóloga fijó su atención en el vulcanismo de Deccan, en la India, pues le pareció que las evidencias de que la extinción masiva de los grandes lagartos apuntaban a una orgía de erupciones salvajes que se mantuvieron durante mucho tiempo y que provocaron un efecto similar en la atmósfera a la del meteorito. Las erupciones de Deccan Traps escupieron unos fabulosas cantidades de lava que se extendieron por centenares de kilómetros. Se calcula que liberó a la atmósfera diez veces más gases alteradores del clima que la cantidad emitida en el propio impacto del meteorito de Chicxulub, según el vulcanólogo Vincent Courtillot del Instituto de Física del Globo en París. El vulcanismo de Deccan contribuyó produciendo y lanzando grandes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera durante un periodo de más de un millón de años, conduciendo hacia la extinción masiva. En el momento en el que Chicxulub impactó, los océanos estaban unos 3-4 grados más calientes, incluso en el fondo. “En tierra firme debía haber 7-8 grados más”, dijo Keller. “Este calentamiento por efecto invernadero está bien documentado. El aumento de temperatura fue rápido, tardó unos 20000 años, se mantuvo durante unos 100000 años y entonces se enfrió, volviendo a la normalidad antes de la extinción masiva”.
Keller defendiéndose de un científico rival

El eslabón crucial esgrimido por Keller entre la erupción y la extinción en masa está formado por microscópicos fósiles marinos que evolucionaron inmediatamente después del misterioso evento de extinción en masa. Los mismos foraminíferos planctónicos fosilizados fueron encontrados en Rajahmundry, a unos mil kilómetros del centro de las Deccan Traps cerca de Mumbai. "Es la primera vez que podemos vincular la fase principal de las Deccan Traps directamente con la extinción masiva", explica la paleontóloga. Chicxulub probablemente facilitó la desaparición de los dinosaurios, pero también lo hizo el calentamiento debido al efecto invernadero creado por el vulcanismo de Deccan y, finalmente, un segundo y descomunal impacto acabó con todos ellos. Pero entonces ¿dónde está el cráter? “Ojalá lo supiese”, se lamentó Keller. “Hay algún indicio de que debió impactar en India, donde parece haber un cráter de unos 500 kilómetros de diámetro, localizado y llamado Shiva por el paleontólogo Sankar Chatteriee del Museo de Texas Tech University en Lubbock. Sin embargo, este indicio no es concluyente por el momento”. Keller y sus colegas presentarán sus conclusiones en Diciembre de 2009 en  la American Geophysical Union en San Francisco." El trabajo también se incluirá en un próximo documental del History Channel titulado "Lo que realmente mató a los dinosaurios".

Los científicos siguen enzarzados en una feroz batalla cuál tiranosaurios con bata blanca. Las evidencias no son suficientes para decantar hacia un lado u otro la balanza. Hay 4 líneas de investigación que chocan y se entrecruzan. Por un lado, los que dicen que fue el meteorito Chicxulub, por otro los que aseguran que fueron impactos múltiples, luego los que piensan que hubo un cambio climático y, por último, Gerta Keller que trata de demostrar que los responsables principales de la extinción fueron los colosales volcanes de aquella época los que erradicaron de la faz de la tierra a los gigantes prehistóricos. Quién sabe, quizá fue una mezcla de todos en general y ninguno en particular. Yo, la verdad, entre científicos con esos dientes, no me meto.

martes, 11 de diciembre de 2012

Alerta científica: Un gigantesco tsunami con olas de 300 metros podría azotar Hawái


Cada 100.000 años en la región surgen inmensas olas debido a deslizamientos de tierra, advierten los científicos
Podría parecer el argumento de una película apocalíptica, pero es una advertencia científica: un gigantesco tsunami de 300 metros de altura conocido como ‘mega-tsunami’ podría azotar pronto a las islas estadounidenses de Hawái.
A diferencia de los tsunamis generados por terremotos, en las islas de Hawái la amenazante ola gigante surgiría como resultado de deslizamientos de tierra, causados a su vez por la destrucción de los volcanes.
Esto sucede aproximadamente cada 100.000 años y está relacionado con el cambio climático, precisó el científico Gary Makmarti de la Universidad de Hawái durante la reunión anual de la Unión Geofísica Americana.
Deslizamientos gigantes parecen sobrevenir durante los períodos de aumento del nivel del mar, cuando el clima se vuelve más cálido y húmedo, destacó Anthony Hildenbrand de la Universidad de Paris-Sud XI (Francia). Los investigadores sospechan que el aumento del nivel del mar afecta a la estabilidad de las laderas de las islas volcánicas, ablandadas por las lluvias cada vez más frecuentes.
En los últimos 4 millones de años, Hawái ha registrado por lo menos 15 grandes deslizamientos de tierra. El último de ellos ocurrió hace 100.000 años, según el Servicio Geológico de EE.UU.
Por  en Ciencia el 10 diciembre, 2012 12:12 

Terremotos en la Luna.


No solo la Tierra resulta afectada por los terremotos. La Luna también padece temblores, y con mucha más frecuencia y duración que los de nuestro planeta. En rigor de verdad, la palabra “terremoto” significa “movimiento de tierra”, por lo que lo correcto es referirse a estos temblores lunares como “sismos”, aunque casi todo el mundo los llama también terremotos. Entre 1969 y 1972, los astronautas que llegaron a la Luna a bordo de los de Apolo colocaron sismógrafos en los diferentes sitios de alunizaje. Concretamente, las misiones Apolo 12, 14, 15 y 16 transportaron sismógrafos que enviaron información por radio  a la Tierra hasta que dejaron de funcionar en 1977. Gracias a estos aparatos sabemos que existen al menos cuatro tipos diferentes de sismos lunares. Los primeros consisten en trepidaciones profundas, que tienen lugar a unos 700 kilómetros por debajo de la superficie de nuestro satélite, y que posiblemente tienen su origen en las deformaciones que sufre debido a las fuerzas de marea provocadas por la Tierra. El segundo tipo de vibraciones registradas provienen del impacto de meteoritos, y su intensidad es proporcional al tamaño y velocidad del cuerpo que impacta contra la Luna. En tercer lugar, ocurren temblores causados por la expansión de la corteza lunar, al calentarse con radiación solar después de una noche de frío extremo y una duración de dos semanas. Por ultimo, el cuarto tipo de sismo lunar es un fenómeno que ocurre a poca profundidad, solo a 20 o 30 kilómetros por debajo de su superficie.







Terremotos de Granada (1431 y 1884)

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Debido al gran revuelo ocasionado por el gran terremoto producido recientemente en Japón, han surgido multitud de noticias al respecto de las diferentes zonas de riesgo en el mundo. Precisamente Granada es una ciudad con un riesgo sísmico elevado, como así lo corroboran las estadísticas que se disponen de los diferentes temblores producidos desde muy antiguo en esta zona de Andalucía. Son provocados por la cercanía al límite de las placas tectónicas Eurasia y África.

Buscando información de tales eventos en esta ciudad, encontramos páginas como la del Instituto Geográfico Nacional, en la que se disponen datos de todos los terremotos producidos en la provincia de Granada desde 1431. Concretamente se contabilizan hasta 316 con una intensidad importante.

Investigando acerca de los terremotos datados en un año tan lejano como 1431, encontramos la página del Insituto Andaluz de Geofísica, en el cual existe un apartado de divulgación que contiene un boletín dedicado a los documentos existentes relativos a dicho año y que tuviesen datos relacionados con esos movimientos terrestres.

Concretamente se sitúan en los meses de abril y julio las dos series más importantes, según se refleja en los documentos históricos. Los escritos son en su mayoría de los cronistas de la campaña de Juan II de Castilla, época en la que se produce la famosa Batalla de la Higueruela (1 de Julio de 1431), y como consecuencia de ella una gran pérdida de hombres y dominios por parte musulmana.

Resultan muy interesantes los escritos de cronistas como Fernán Pérez de Guzmán o Alvar García de Santa María, que nos cuentan cosas como:

"En este tiempo tremió la tierra en el Real é mas en la cibdad de Granada, é mucho más en el Alhambra, donde derribó algunos pedazos de la cerca della. En este mesmo año tremió mucho la tierra en el Reyno de Aragón, especialmente en Barcelona y en algunos lugares del Principado de Catalueña y en el Condado de Ruisellón, é fueron por ello despoblados algunos lugares é derribadas algunas Iglesias; é fue tanto este terremoto é tantas veces, que no era memoria de hombres que semejante cosa en aquella tierra hubiesen visto"

También Alonso Barrantes Maldonado indica:

"En este tiempo tembló la tierra en el real del Rey, y en Granada se cayó parte del Alhambra;... fue tan grande este temblor y tantas veces que no había memoria de gentes que uviesen visto otra cosa semejante"

Hubo un terremoto que causó graves desperfectos en la Alhambra, a pesar de estar construida en una zona estructuralmente fuerte como la colina de la Sabika. En la tabla del Instituto Geográfico Nacional que antes comentaba, se valoran estos terremotos con una intensidad de VIII-IX, incluso X. Podemos valorar estos datos comparando con el terremoto de Arenas del Rey(1884) que tanto se recuerda y que se estima en una intensidad IV-V, hasta llegar a valores parecidos a los del anterior.

Imagen de la zona de Alhama de Granada tras el terremoto(1884)

Según indica el artículo convenientemente, cuando se produce la consquista de la ciudad (1492), los Reyes Católicos observaron los desperfectos en la Alhambra que aún no habían sido reparados, y que fueron restaurados en los años siguientes, según consta en diferentes escritos de aquéllos que visitaron la ciudad en aquel tiempo.

Alhama de Granada (1884)

Causaron aquellos terremotos también la destrucción de una gran cantidad de construcciones de la medina, como por ejemplo el palacio de los Alijares, según indica el escrito de Ibn Asim:

"Le afectó aquella gran sacudida y enorme terremoto, dejando allí importantes restos; los graves sucesos retrasaron su reparación que hubiera evitado la demolición de sus columnas tan hermosas, el saqueo de su revestimiento de azulejos de hermosa factura, la apropiación indebida de las piezas de mármol de alto valor, la agresión contra los árboles de su almunia de elegantes variedades y raras especies. Grande fue la pena y la tristeza que causó esta enorme pérdida"

Además de daños estructurales como el que comenta el boletín del IAG, relativo al acueducto que llevaba el agua del río Aguas Blancas a la parte alta de la medina alhambreña, y por tanto la pérdida de los jardines que allí se situaban.

Podemos imaginar por un instante lo que supuso aquel tiempo para los pobladores de la ciudad de Granada, que por un lado estaban siendo atacados por los cristianos desde una zona ya muy próxima, y además tenían el azote de los movimientos terrestres con una característica destructora importante. No fueron buenos tiempos para ellos, ni mucho menos.

Como en los momentos actuales suele decirse, la fuerza de la naturaleza ha de ser siempre respetada y tenida en cuenta. Y en el caso de esta maravillosa ciudad, por su situación
geográfico-sísmica, aún más.

sábado, 24 de noviembre de 2012

El desastre de Vajont, un peligroso antecedente

SITUACIÓN DEL VALLE DE VAJONT (ITALIA)
El valle de Vajont está situado en el noreste de Italia, a 100 Km al norte de Venecia, en la zona de los Prealpes Carniche (provincia de Pordenone -antes Udine-, región de Friulli-Venezia Giulia), limitando al oeste con la provincia de Belluno (región del Véneto).
EL PROYECTO DEL EMBALSE DE VAJONT
El embalse de Vajont, era un proyecto hidroeléctrico de la compañía SADE (Società Adriatica di Elettricità di Venezia, hoy ENEL), con una capacidad de 168 Hm3. Su presa, iniciada en 1957 y finalizada dos años más tarde, fue la más alta de su tiempo, con 262 metros de altura.
SIMILITUDES DE YESA CON LA TRAGEDIA DE VAJONT (9-X-1963)
Los movimientos de ladera que se están detectando en el embalse de Yesa presentan grandes similitudes con la catástrofe de Vajont [sitio alternativo]. La tragedia se vendió como algo inevitable y provocado por la naturaleza. Nada más lejos de la realidad, pues hubo muchos avisos, pero los responsables políticos miraron hacia otro lado y siguieron con el proceso  de llenado.
1. Avisos de la naturaleza (Monte Toc, 1921 m)
1959. Aparición de grietas en las proximidades de la obra.
1960 (marzo). Comienzan los ruidos y los primeros desprendimientos de tierras.
1960 (4 de noviembre). Primer gran deslizamiento en la ladera izquierda durante la primera prueba de llenado (c. 1 millón de metros cúbicos, el actual de Yesa es de 3,2 millones de m3).
1962. Al realizar nuevas pruebas de llenado y vaciado se generalizan los terremotos (sismicidad inducida) y hay más deslizamientos en octubre.
1963. Ante la evidencia de que se cae la ladera del Monte Toc ("monte podrido"), se decide un desembalse de emergencia que acelera el proceso. Se produce un temblor de 5,5 en la escala Richter.

La presa antes del desprendimiento
La presa después del desprendimiento

2. Avisos de técnicos y periodistas (los “alarmistas”)
1959. Informe del geólogo austriaco Leopold Müller, que concluye que no hay que llenar el embalse por que existe riesgo de deslizamiento en la ladera izquierda.

Recordemos que en Yesa el Prof. Pedro Montserrat (investigador del CSIC), el Dr. Antonio Casas  (Universidad de Zaragoza), el ingeniero René Petit (que construyó la actual presa de Yesa) y hasta el Colegio Oficial de Geólogos, admiten que existe un grave riesgo de activación del deslizamiento. La Confederación Hidrográfica del Ebro y el Ministerio de Medio Ambiente siguen diciendo que no hay peligro.
1959. La periodista Tina Merlin publica un artículo sobre los riesgos del pantano de Vajont. Es acusada de alarmista y es denunciada ante los juzgados.
1961. Tina Merlin publica el siguiente artículo. “Un deslizamiento de 50 millones de metros cúbicos amenaza la vida y los bienes de los habitantes de Erto”.

UNA TRÁGICA JORNADA
El 9 de octubre de 1963, el Monte Toc se mueve definitivamente. Más de 260 millones de metros cúbicos caen sobre la lámina de agua provocando una ola de 200 metros de altura. Aguas arriba de la presa, una ola de 50 millones de metros cúbicos arrasa los pueblos de Spesse, S. Martino, Patata El Cristo (municipio de Erto e Casso) y ocasiona150 muertos.
Animación del desastre de Vajont
Longarone antes de la tragedia
Longarone después de la tragedia

La otra mitad de la ola, con unos 25 millones de metros cúbicos, sobrepasa la pared de la presa y borra de la faz de la Tierra cinco pueblos, Longarone, Rivalta, Villanova, Faèy Pirago, con un balance total de 2000 muertos y decenas de heridos (160 aprox.). En Longarone sólo queda en pie el ayuntamiento (palacio Mazzolà) y 14 casas.
Un frente de ola de 12 metros de alto llegó hasta la mar recorriendo 40 km agua abajo de la presa, arrastrando varios cuerpos hasta la laguna de Venecia. También aparecieron cuerpos sobre los árboles, en el curso del río Piave hasta cerca de la ciudad de Belluno (16 km aguas abajo de Longarone, 8 km agua abajo de Ponte nelle Alpi).

Panorámica en la que se ve la ladera desprendida del Monte Toc
 ESQUEMA DEL DESASTRE DE VAJONT
VÍDEOS SOBRE LA CATÁSTROFE DE VAJONT
  
  
  

jueves, 15 de noviembre de 2012


TERREMOTO DE LORCA (MURCIA)


El principal terremoto tuvo una escala de 5,1 grados en la escala de magnitud de momento y ocurrió en tierra el  11 de Mayo de 2011 a las 18:47 hora local, a 6 kilómetros al suroeste de Lorca. El hipocentro del terremoto fue extremadamente superficial, a unos 2000 metros de profundidad. El seísmo se dejó sentir en todo el suroeste peninsular, especialmente en la región de Murcia. En la zona se localiza el límite de placas entre la placa euroasiática y la placa africana.

Sin embargo, la mayor parte de los temblores en la región no exceden las magnitudes perceptibles por lo que, generalmente, no son sentidos.

Se ha estimado que el terremoto fue resultado directo de una falla de desgarre cercana a otra falla mayor, la de Alahama de Murcia. Esta falla es una linea muy superficial que se extiende de 40 a 50 kilómetros.
En la imagen de abajo: Las dos fallas que se dirigen hacia el pueblo constituyen el dúplex de desgarre que forma un bloque de rocas de basamento metamórficas levantadas por un régimen transpresivo y rodeadas por rocas. Se han marcado como referencia varios puntos singulares de la ciudad.

Los especialistas locales tambien informaron de la presencia de superficies de ruptura en las cercanías de la falla. Las estimaciones iniciales de los servicios geológicos de los Estados Unidos indicaron una magnitud de 5,3 grados en la escala de magnitud de momento, mientras que el centro sismológico Euromediterráneo estimo 5,2 grados en la escala de magnitud local o de Ritcher.
El terremoto ha sido especialmente grave debido a la convinación de poca profundidad y una magnitud moderada.
En Lorca, movimientos de tierra grandes, han registrado una intensidad de VII en la escala de Mercalli, mientras que en otras zonas cercanas se han detectado movimientos de V en la misma escala. En total el evento a desarrollado la misma potencia que una explosión de 200 toneladas de TNT.

DAÑOS MATERIALES:
Se han visto afectados los edificios públicos, las viviendas y el patrimonio histórico. Las zonas más afectadas han sigo el barrio de La Viña y el casco histórico, donde muchas casas solariagas conservan solo su fachada. También se han visto muy afectados los comercios.
Se calcula que el 80% de las viviendas, 1164 fueron demolidas, además de 45 naves y un número indeterminado de otras construcciones. 

DAÑOS PERSONALES:
El terremoto dejó 9 víctimas mortales, entre ellas 2 mujeres embarazadas y un niño de 14 años, y unos 324 heridos.



        Punto.svg epicentro de los terremotos Estrella irregular.svg áreas con edificios dañados Aiga toiletsq men.svg personas fallecidas

jueves, 8 de noviembre de 2012

El delicado papel de la ciencia en las catástrofes


El miedo ha salvado muchas vidas. Sin el miedo, no estaríamos aquí. Es nuestro principal mecanismo de defensa. Los habitantes de Nueva York han tenido miedo del huracán Sandy y se han protegido. Las medidas adoptadas han permitido reducir los daños y evitar que la gran tormenta convirtiera la ciudad en un mar de muerte, como ocurrió en Nueva Orleans tras el paso del Katrina. Los habitantes de L'Aquila, Italia, sentían un miedo crónico a que la tierra volviera a crujir. Situada sobre una falla activa, la ciudad estaba acostumbrada a temer las sacudidas del subsuelo. Cuando percibían los primeros rugidos, se iban a la plaza, y, si era necesario, pasaban la noche al raso. Pero la noche del 6 de abril de 2009, la gente se quedó tranquila en casa. Siete días antes, a petición del Gobierno, la Comisión de Grandes Riesgos se había reunido en la ciudad. “Pueden dormir tranquilos”, había dicho.
Esa noche, sin embargo, la tierra tembló con tanta fuerza que 309 personas perdieron la vida y otras 1.500 resultaron heridas. Ahora, los siete miembros de esa comisión han sido inhabilitados y condenados a seis años de cárcel por cooperación en un delito por imprudencia. Aunque no se ha hecho pública todavía la sentencia, la comunicación del fallo ha sacudido, como un terremoto, a la comunidad científica: ¿hasta qué punto pueden prevenirse las catástrofes naturales? ¿Qué responsabilidad tienen los científicos en este tipo de alertas?
“Ante los fenómenos naturales, el papel del científico es aportar el conocimiento disponible en cada momento para determinar las probabilidades de que ocurra y los riesgos que puedan derivarse”, precisa Emilio Lora-Tamayo, presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cuyos investigadores son llamados con frecuencia a participar en comisiones de evaluación de riesgos. “El problema es que, en el caso de los terremotos, no deja de ser un conocimiento basado en datos estadísticos. Lo que manejan son probabilidades y lo difícil es interpretarlas. Pero quien tiene la responsabilidad última sobre las decisiones que se toman son los gestores políticos”, señala.
Las autoridades reunieron a la comisión “solo a efectos mediáticos”
Esta es también la conclusión a la que llegan el resto de fuentes consultadas, algunas de las cuales no pueden aparecer identificadas pues, siendo responsables de organismos públicos relacionados con tareas de protección civil y evaluación de riesgos, han recibido, para su sorpresa, órdenes del ministerio del que dependen de no hacer declaraciones. Pero hay algo en lo que todos insisten: en las catástrofes naturales no se puede hacer un vaticinio exacto. Lo cual no significa que no haya elementos que permitan evaluar la probabilidad de que ocurran. En una carta dirigida a sus colegas italianos, el profesor José Ignacio Badal Nicolás, de la Universidad de Zaragoza, presidente de la sección de Sismología y Física del Interior de la Tierra de la Comisión Nacional de Geodesia y Geofísica y miembro de la Comisión Sismológica Europea, es taxativo: “No se puede condenar [a un científico] por algo que está fuera de su control”.
“En este tipo de fenómenos, la predicción está muy lejos de ser una herramienta infalible. Se pueden hacer simulaciones y evaluar el riesgo de que ocurra un terremoto, pero en modo alguno el momento ni la intensidad de la sacudida”, explica a este diario. Se evalúa por un lado la peligrosidad sísmica, es decir, la probabilidad que una zona tiene de sufrir una sacudida, y por otro, el riesgo sísmico, es decir, la vulnerabilidad en caso de que ocurra, tanto en costes humanos como económicos. “Una zona de desierto situada sobre una falla tendría alta peligrosidad pero bajo riesgo, porque no hay edificaciones”, precisa.
En los fenómenos naturales, la predicción está lejos de ser infalible
Según esta definición, L'Aquila era una zona de alta peligrosidad y alto riesgo. Tenía una larga historia de terremotos y su arquitectura era muy vulnerable, como se demostró, pues 20.000 edificios se vinieron abajo o quedaron seriamente dañados.
¿Actuaron los científicos de acuerdo con este riesgo? Para el profesor Luis González de Vallejo, catedrático de Ingeniería Geológica de la Universidad Complutense de Madrid, “cuando se trata de sucesos aleatorios, los científicos trabajan con cálculo de probabilidades. Una vez evaluado el riesgo, es a la autoridad a quien corresponde tomar las decisiones. Eso no quiere decir que el científico no tenga responsabilidad, si parte de supuestos erróneos o no realiza su trabajo con el rigor requerido”. Sentados estos principios, González de Vallejo apunta a un elemento clave en este caso: “En la evaluación del riesgo hay que distinguir entre funciones técnicas y funciones de gestión política, y ambas han de estar claramente delimitadas”, sostiene. En el caso de la Comisión de Grandes Riesgos italiana, esta distinción no estaba definida. Muchos de sus miembros eran científicos, pero tenían responsabilidades orgánicas y el hecho de pertenecer a la comisión implicaba asumir sus decisiones.
El juez no les ha condenado por no haber sido capaces de predecir el terremoto, que es imposible, sino por hacer “un análisis de riesgos defectuoso, inadecuado y engañoso”. Existe una conversación grabada en la que el responsable de Protección Civil, Guido Bertolaso, explica a su subordinada en los Abruzos que, dada la alarma que cunde por la sucesión de terremotos, las autoridades gubernativas han decidido reunir a la comisión en L'Aquila “solo a efectos mediáticos” para tranquilizar a la población.
Nunca es fácil decidir en condiciones de incertidumbre
Es de suponer que sus miembros habían realizado evaluaciones científicas, pero lo cierto es que llegaron a L'Aquila, se reunieron durante 45 minutos y, sin emitir ningún informe técnico, su presidente declaró a la prensa que no había riesgo alguno.
La comisión había sido convocada precisamente para salir al paso de las predicciones de un científico, Giacchino Giuliani, que insistía en la inminencia de un fuerte terremoto. Giuliani no era un científico cualquiera. Era sismólogo del Instituto Nacional de Astrofísica y basaba su predicción en las concentraciones de gas radón que había detectado. La tierra venía temblando desde mediados de enero y el 30 de marzo se había producido un temblor mayor, lo que parecía confirmar las tesis de Giuliani. Cuando los periodistas preguntaron por el significado de esos temblores previos, el presidente de la Comisión de Grandes Riesgos dijo que eso “era bueno” porque significaba que la tierra liberaba la energía acumulada, y, por tanto, las probabilidades de un gran terremoto disminuían.
En Jaén se han registrado más de cien terremotos de baja intensidad
No era una explicación descabellada, pero lamentablemente resultó errónea. El profesor Badal aclara este punto: “Si en una zona de riesgo sísmico se producen terremotos frecuentes de pequeña magnitud, que liberan pequeñas cantidades de energía, puede ser bueno, porque significa que no se acumula. Y al revés, si hay una zona sísmica que es activa, pero no libera energía, podemos temer que se esté acumulando y por tanto, que un día puede liberarse de golpe. Lo que no se puede saber es cuánta energía hay acumulada y cuándo se liberará”.
En todo caso, el científico ha de hacer una evaluación rigurosa de acuerdo con los datos de que dispone, y decir la verdad. El sentido de la responsabilidad excluye cualquier frivolidad en asuntos tan graves. La gestión de la crisis por parte de la Comisión de Grandes Riesgo dejó mucho que desear. “Tomaron una decisión de la que no podían ignorar que, si se equivocaban, suponía un riesgo tremendo. De la misma manera que no podía predecir el terremoto, era altamente arriesgado decirle a la gente que podían dormir tranquilos”, afirma González de Vallejo. “Los miembros estaban en la comisión en calidad de expertos tenían que haber expuesto claramente los datos científicos. Y, desde luego, no podían asegurar que no iba a pasar nada”.
Esa es la razón por la que ahora mucha gente en Italia, además de las familias de las víctimas, aplaude la sentencia. A la memoria de todos ha vuelto el desastre de la presa de Vajont. Un enorme deslizamiento en el Monte Toc provocó en 1963 una enorme avalancha de 70 metros de altura de agua, piedras y barro que destruyó Langarone y otros pueblos del valle. Ya en 1960, cuando se construía la presa, se habían observado signos de deslizamiento y diversos expertos habían alertado del peligro. Pero los intereses económicos pudieron más que la prudencia y en la tercera prueba de llenado, el monte cedió y engulló a 2.018 personas. “Por la sed y la codicia del oro, nos encontramos sin sepultura”, recuerda aún una lápida. El juicio se cerró con penas menores. El péndulo de la justicia se ha ido, en el caso de L'Aquila, al otro extremo, con penas de seis años de cárcel por imprudencia tanto para los científicos como para los gestores.
En la tragedia de Vajont murieron 2.018 personas y solo hubo penas leves
Nunca es fácil decidir en condiciones de incertidumbre. El acierto no está asegurado y las consecuencias pueden ser graves, tanto si se peca por exceso como por defecto. El terremoto de Tangshan, en China, es el paradigma de este angustioso dilema. Ocurrió el 28 de julio de 1976 y afectó a una ciudad obrera de más de un millón de habitantes. China posee una red de vigilancia sísmica ejemplar, con una historia de más de 3.000 años de registros. Un año antes habían aparecido signos alarmantes de actividad sísmica y las autoridades habían decidido evacuar a la población. El terremoto se produjo y alcanzó 7 grados en la escala de Richter. No hubo muertes. Al cabo de un año, las señales premonitorias reaparecieron y se produjo una intensa discusión entre los científicos. Acabó predominando el criterio de los que pensaban que no podía producirse un terremoto mayor que el del año anterior, que ya se había liberado una gran cantidad de energía. Se decidió no evacuar. Uno de los científicos derrotados estaba en casa cuando observó que los peces saltaban de la pecera. Cogió a su nieto y corrió al parque más cercano. El terremoto alcanzó una magnitud de 7,8 grados en la escala de Richter. El científico y su nieto se salvaron, pero hubo 242.769 muertos y 700.000 heridos.
La ciencia no es capaz de predecir con certeza si va a haber un terremoto o no. Pero hay signos y por eso se monitoriza todo lo que ocurre. Las zonas activas están perfectamente identificadas. En España, el mapa sísmico se publica en el BOE y la información es pública y fácilmente accesible. En el mapa geológico español puede observarse por ejemplo que en la zona de Torreperojil, en Jaén, se han registrado en los últimos meses más de cien terremotos de baja intensidad. El viernes, el mapa señalaba un terremoto en Sorriguera, cerca de Llavorsí (Lleida), de 1,6 grados de magnitud. Cuando se produce una serie de terremotos de magnitud inferior a tres, si no hay fallas en la zona ni registros históricos de terremotos graves, el consenso científico indica que no hay por qué esperar que ocurra lo peor, aunque no se puede descartar totalmente.
Los científicos se resistirán a realizar valoraciones de riesgo
El problema es que a veces los riesgos se conocen, pero quien tiene que reaccionar no lo hace adecuadamente. Y, a veces, las advertencias de los expertos chocan con intereses económicos o políticos, y entonces la decisión corre un grave riesgo de no ser la más adecuada, como pudo ocurrir en en el caso de L'Aquila. Ahora, esos errores se vuelven contra quienes participaron en las predicciones.
La sentencia que condena a los miembros de la Comisión de Grandes Riesgos es cuestionada también desde el punto de vista de la doctrina jurídica. Algunos penalistas han visto en ella una vuelta a la teoría, ya superada, de que “la causa de la causa es la causa del mal causado”. A diferencia de lo que ocurre en Derecho Civil, que reconoce el daño objetivo, el Derecho Penal exige una relación directa de causalidad para poder imputar un delito por imprudencia. Sin causalidad no se puede imputar un resultado, explica José Manuel Paredes Castañón, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Oviedo. A la espera de conocer los detalles de la sentencia, ha analizado los 500 folios del escrito de la fiscalía, y esta es su impresión: “En Italia existe la figura penal de cooperación en un delito culposo que no existe en nuestro Código Penal. Nuestro ordenamiento no admite el delito de cooperación en la imprudencia de otro. Solo los autores de la imprudencia responden penalmente. Hecha esta primera aclaración, el problema de la sentencia es cómo se puede cooperar en un delito de homicidio imprudente si no hay homicida. Quien mató a la gente es el terremoto. La fiscalía sostiene que la información que dio la Comisión era vaga, contradictoria, y que eso fue decisivo para que la población se confiara. Se puede decir que sus miembros no hicieron bien su trabajo, pero de ahí a poder imputarles las muertes que se produjeron hay un largo trecho. Eso es algo difícil de encajar en el Derecho Penal. La única forma de imputar responsabilidad por imprudencia es conectarla con el resultado final. Eso supone presumir que, de haber actuado de otro modo la comisión, la gente se hubiera comportado de otra manera y se hubiera salvado. Aunque es posible que hubiera sido así, nunca tendremos la certeza”.
Cuando vio que los peces saltaban, cogió a su nieto y corrió al parque
La sentencia de l'Aquila puede sentar, según Emilio Lora-Tamayo, un precedente muy negativo. “Hasta ahora, cualquier científico estaba muy bien dispuesto a poner su conocimiento al servicio de la sociedad. Muchos hemos defendido la necesidad de que el investigador salga de su torre de marfil y se implique en los problemas de la sociedad, aportando su conocimiento. La sentencia puede disuadir a muchos científicos de participar en comisiones de evaluación de riesgos. Ellos están ahí en tanto que expertos. En general, dan su opinión de la forma más rigurosa posible. Pero si hay una comisión de expertos que no trabaja con el rigor exigible, es también responsabilidad de la autoridad política asegurar que ese instrumento de consulta tenga la calidad necesaria”.
Hay que diferenciar las funciones técnicas y las políticas
“Es lamentable”, concluye González de Vallejo, “que se tenga que llegar a los tribunales para dirimir y delimitar este tipo de responsabilidades, y que de cara a la opinión pública, el rigor y la veracidad de los científicos quede confundida o cuestionada”. De este triste episodio, los científicos habrán extraído una lección muy importante: la necesidad de delimitar con precisión las funciones técnicas de las políticas. Por eso, en su carta de solidaridad a sus colegias italianos como miembro de la Comisión Sismológica Europea y presidente de la sección de Sismología y Física del Interior de la Tierra, el profesor José Ignacio Badal señala urgente necesidad de “desarrollar un nuevo y más transparente protocolo para la gestión de las crisis, accesible a todos los ciudadanos” que “distinga claramente el rol de los científicos y el de quienes tienen la responsabilidad política”.

martes, 23 de octubre de 2012

La extracción de agua subterránea pudo ser la causa del terremoto de Lorca


Habitantes de Lorca momentos después del terremoto. | E.M.Habitantes de Lorca momentos después del terremoto. |

La extracción de agua para consumo humano fue al menos una de las causas del terremoto del pasado mayo en la localidad española de Lorca, que causó nueve muertos, según aseguran los expertos en un artículo publicado hoy en 'Nature Geoscience'.
Un equipo de científicos encabezado por el español Pablo González, de la universidad canadiense de Western Ontario, llegó a esta conclusión tras estudiar los datos obtenidos por satélite de la deformación del terreno causada por el seísmo, que les permitieron recrear el movimiento de la falla.
Los expertos concluyen que la pérdida de agua por la progresiva extracción subterránea para el suministro doméstico perturbó la corteza terrestre de la falla.
Esto, afirman, fue suficiente para provocar una fractura en la roca, lo que a su vez indujo el terremoto, que tuvo una magnitud de 5,1 grados y causó también más de 300 heridos y graves destrozos en el pueblo murciano.
Los expertos comprobaron que la pauta del movimiento de la falla guarda correlación con los cambios en la corteza terrestre causados por un descenso de 250 metros del nivel de agua natural subterránea por las extracciones desde los años 60.
Esta correlación implica que los cambios en el terreno inducidos por la acción humana "contribuyeron a causar el terremoto de Lorca y también influyeron en el alcance de la ruptura de la falla", lo que determinó la magnitud del seísmo ocurrido el 11 de mayo.
"Concluimos que los datos presentados y los resultados del modelo son consistentes con un proceso de descarga de agua subterránea de la corteza, lo que proporciona una explicación plausible para la pauta de movimiento observada en la falla", escriben los científicos. Esto confirma que "las actividades antropogénicas pueden influir en cómo y cuándo ocurren los terremotos", aseveran.
En un artículo paralelo, Jean-Philippe Avouac, profesor en el California Institute of Technology de Pasadena (EEUU), advierte de que "hay que permanecer alerta a las perturbaciones causadas por la acción humana", ya que "sabemos como iniciar terremotos, pero aún estamos lejos de saber cómo controlarlos".

Seis años de cárcel por no haber previsto el mortal terremoto de L'Aquila

La localidad italiana de L'Aquila lleva varios días temblando antes de aquella fatídica noche del 6 de abril de 2009 en la que registró un fuerte terremoto que dejó un saldo de 309 muertos.
Sin embargo, y a pesar de aquellas inquietantes sacudidas previas, en los días anteriores al seísmo los más reputados científicos italianos en la materia y varios responsables de Protección Civil, miembros todos ellos de la llamada Comisión de Grandes Riesgos, lanzaron mensajes tranquilizadores a la población, asegurando que no había nada que temer e invitando a la gente a permanecer en sus casas.
Ahora un tribunal italiano acaba de condenar a esas siete personas a seis años de cárcel a cada una por haber ofrecido información falsa sobre la posibilidad de que L'Aquila sufriera una fuerte sacudida, causando de ese modo muertes que se hubiera podido evitar.
La fiscalía pedía cuatro años de prisión para los siete acusados de no haber dado suficiente información a los residentes sobre el peligro de un terremoto, y de confundirla con noticias "inexactas, incompletas y contradictorias".
Pero después de escuchar el testimonio de las 275 que han prestado declaración en las 30 sesiones de este proceso, el magistrado Marco Billi ha decidido imponer a los acusados una condena aún superior a la que pedía la acusación: seis años en total.
Los condenados son Bernardo De Bernardinis, ex subdirector del servicio técnico de Protección Civil; Enzo Boschi, por aquel entonces presidente del Instituto Nacional Italiano de Geofísica y Vulcanología; Giulio Selvaggi, director del Centro Nacional de Terremotos; Gian Michele Calvi, director de Eucentre (centro europeo de investigación de terremotos); Claudio Eva, profesor de Física en la Universidad de Génova, y Mauro Dolce, director de la oficina de riesgos sísmicos de Protección Civil.
Todos ellos formaban parte de la Comisión de Grandes Riesgos y participaron en la reunión que seis días antes de que se produjera el seísmo celebro ese organismo, y que concluyó con una declaración en la que afirmaba que no había nada que temer.
Según el informe redactado el 31 de marzo 2009, inmediatamente despues de finalizada aquella reunión, era poco probable que un fuerte terremoto pudiera golpear el área. "La valoración que se hizo del riesgo sísmico fue aproximada, genérica e ineficaz en relación con los deberes de prevención y previsión que tenía la comisión", en palabras de la acusación.
La defensa ha tratado de mantener que era imposible vaticinar el terremoto de L'Aquila. "Es estadísticamente más probable ganar cinco veces a la primitiva que prever un terremoto", ha declarado durante el juicio el abogado Filippo Dinacci, representante de varios de los siete acusados.
Sin embargo, el magistrado Marco Billi ha sentenciado que las palabras tranquilizadoras de los científicos de la Comisión de Grandes Riesgos supusieron un gravísimo error que le ha costado la vida a las 29 personas cuyo caso había sido llevado al tribunal. El juez ha sentenciado asimismo que los condenados deberán de indemnizar económicamente a los familiares de los fallecidos.

jueves, 4 de octubre de 2012

Nueve de cada diez españoles respiran aire contaminado por encima de los límites que recomienda la OMS.


Como cada año, la asociación Ecologistas en Acción ha elaborado un informe en el que, utilizando datos procedentes de las redes de contaminación autonómicas, ha analizado la calidad del aire en España.
El documento toma datos de 2011 en todo el territorio español, exceptuando Ceuta y Melilla, y los compara con los valores máximos legales establecidos por la legislación europea y con los recomendados por la OMS.
Según Juan Bárcena, de Ecologistas en Acción, “el 94% de los habitantes de España, 44,3 millones de personas, respira aire contaminado si nos basamos en los límites recomendados por la OMS”.
Sin embargo, los máximos legales establecidos por la Unión Europea son, en palabras de Bárcena, “menos estrictos, y aun así el aire que supera estos límites es respirado por el 22% de la población”.
Por su parte, Mariano González, coordinador del área de transportes de la agrupación, ha explicado los distintos tipos de sustancias que se han tenido en cuenta. “Se han evaluado cuatro contaminantes: las partículas en suspensión, el dióxido de azufre, el dióxido de nitrógeno y el ozono troposférico”.
Los resultados del análisis muestran que el ozono troposférico y las partículas en suspensión son las sustancias que más aparecen en cantidades superiores a las máximas recomendadas, y afectan a más del 75% de la población.
Mejoría por la crisis
Por otro lado, ha indicado que desde 2007 se mantiene una ligera mejoría que achaca, entre otras cosas, a un descenso en el consumo de combustibles debido a la crisis económica.
Además, Bárcena ha resaltado que la Unión Europea “estima que se producen unas 400.000 muertes prematuras al año en el continente como consecuencia de la contaminación, 20.000 de ellas en España, ocho veces más que por los accidentes de tráfico”.
Por último, desde la asociación han hecho un llamamiento a la concienciación de la sociedad y han recalcado la necesidad de reducir del transporte motorizado, así como de potenciar del transporte público y los medios no contaminantes.

Vista aérea de Madrid y su boina de contaminación.

Carmen Rodríguez Pérez 2º Bachillerato B
:)









Tianjin Eco-City: China construye una ciudad sustentable.

Mundialmente reconocido como un país con megalópolis que conjugan una densidad de población avasallante junto a una polución y contaminación ambiental que hace llorar a cualquier amigo del Planeta, China es uno de los países que actualmente está más abocado a la experimentación y a la investigación de nuevas formas de planificar la construcción de entornos habitables para el futuro cercano. De todas formas, China se encuentra en una posición un tanto desfasada en cuanto al estado de otros países en la búsqueda de la construcción de entornos de vida urbana más saludables, y por eso desde antes del 2008 viene trabajando en la Tianjin Eco-City, que apostará al futuro con una nueva lógica arquitectónica y cultural, donde el uso de las energías renovables sea una obligación y se convierta en costumbre al aplicarlas directamente sobre el diseño estructural de la ciudad. 

La propuesta de los ingenieros chinos no es recrear una especie de Venus proyect con edificios extraños y modernos hasta en su diseño, sino evocar el mismo paisaje con el que se levantan las ciudades actuales más densas de China, es decir con bloques de apartamentos y grandes accesos. Eso sí, el verde debería ser una constante al costado de cada ruta y los espacios naturales se complementarían con pequeños lagos, revitalizando desde adentro las ciudades atestadas de la rutina industrial. El 60% de los residuos será reciclado, los transportes serán vehículos híbridos y la energía dependerá únicamente de energías renovables. Lo mismo sucederá, según lo planeado, con sistemas de reciclado de deshechos, que estarían incorporados a los mismos departamentos, que tendrán agua caliente gracias a calentadores basados en energía solar.

En China ahora se busca la sustentabilidad, un concepto del que nos tendríamos que hacer más cargo en todas las actividades que se desarrollan a larga escala.Para que entendamos su posición geográfica, la construcción estará emplazada a 150 kilómetros al Este de Beijing, y recién en 2020 estará finalizada. Por ahora ya hay 60 familias viviendo allí y la experiencia es otra, a pesar de que todavía no se construyeron las escuelas, hospitales y distritos comerciales que ocuparán los 30 kilómetros cuadrados de la ciudad ecológica del futuro, que albergará a 350.000 ecológicos habitantes. 

Desde nuestro punto de vista fundamentalmente aplaudimos la buena elección en invertir en este proyecto que conllevará a un futuro más limpio con un impacto ambiental más bajo.

María José García Rebertos
Eva Peregrina Caño. :) 

martes, 28 de agosto de 2012

El calentamiento global incrementará las inundaciones en Venecia

La Plaza de San Marcos en Venecia, inundada. | Andrea Merola

La ciudad de los canales corre peligro como consecuencia del calentamiento global. Eso indican los resultados a los que ha llegado un estudio realizado por un grupo de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitad de las Islas Baleares, que ha analizado el impacto del cambio climático y la subida del nivel del mar sobre la ciudad italiana de Venecia. El trabajo, publicado en la revista 'Climatic Change', expone que una subida moderada del nivel de las aguas implicaría un aumento drástico en el número de episodios de inundaciones que sufre Venecia, conocidos como acqua alta.
Los investigadores Gabriel Jordà, Damià Gomis y Marta Marcos, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de las Islas Baleares), estiman que al final de este siglo la frecuencia anual de acontecimientos de acqua alta se incrementaría de 1,4 veces hasta 18,5. Además, se espera que aumente la duración de estos episodios (de 12 a 72 horas) así como la probabilidad de inundaciones muy severas, que afectarán a más del 75% de la ciudad.
"Un aspecto innovador de este trabajo es la aplicación de los últimos conocimientos sobre el funcionamiento del Mediterráneo a la hora de interpretar los resultados de los modelos numéricos. En particular, hasta ahora se daba más importancia al papel que tenía la salinidad del agua, que podría amortiguar la subida global del nivel del mar. Los últimos estudios apuntan a que este mecanismo no sería efectivo en el Mediterráneo y, por lo tanto, que el nivel del mar seguiría la tendencia global", explica Gabriel Jordà.
En este nuevo marco, se espera que el nivel medio del Mediterráneo aumente alrededor de 50 centímetros al final del siglo XXI. Damià Gomis añade: "hay que recordar que estas proyecciones están sujetas a incertidumbres importantes por las características de los modelos y por el hecho de que no se sabe cuáles serán las emisiones de gases de efecto invernadero en el futuro".

Acqua alta más severa

El estudio ha proyectado los efectos de este incremento del nivel del mar en Venecia, ya que la parte más baja de la ciudad está a sólo 90 centímetros por encima del nivel del mar y porque se encuentra en una zona donde las mareas son bastante importantes.
"Actualmente, la combinación de la marea y del paso de borrascas hace que en determinadas ocasiones el nivel de la mar supere estos 90 centímetros, momento en el cual las partes bajas de la ciudad se inundan. Estos acontecimientos, acontecen, de media, 1,4 veces cada año, con una intensidad media de 105 centímetros, y causan graves perjuicios económicos a la ciudad. De hecho, el gobierno italiano ha ido desarrollando un sistema de barreras mecánicas, el proyecto MOSE, con el objetivo de preservar la ciudad de los episodios más severos de acqua alta", apunta Marta Marcos.
Los escenarios futuros apuntan a que la frecuencia de estos episodios de inundaciones en Venecia se incrementará drásticamente a final de siglo por las consecuencias del cambio climático sobre el Mediterráneo. Esto se debe a que se espera que el nivel del mar suba entre 20 y 40 centímetros debido al calentamiento del agua y entre 4 y 20 centímetros por el efecto del deshielo del hielo continental, principalmente en Groenlandia y la Antártida.
La investigación se ha basado en simulaciones numéricas del clima y se ha llevado a cabo en el marco del proyecto VANIMEDAT-2, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y del proyecto ESCENARIOS, financiado por la Agencia Estatal de Meteorología.